Hay juegos que sencillamente te llaman
la atención, no necesariamente tiene que ser un AAA con grandes efectos gráficos
de última generación (que también se dan los casos, ojo ahí) sino de aquellos
que por equis razón te llenan el ojo y que hacen un uso verdaderamente
atractivo de su dirección de arte para lograr atraernos de una forma que se
podría decir que comulgan contigo en un sentido estético, y que en distintos
grados pueden hacer querer probar algún juego que en el mejor de los casos te parecería
curioso, único, o agradable a la vista. Ejemplos hay por montones: nadie
cuestiona lo rematadamente acertado que es el imaginario visual de los Fallout con su socarronería post-apocalíptica de mediados de los 50, o como Bioshock
con su Rapture imponente y decadente en esa suerte de estilo art-deco crea una atmósfera llamativa y estilísticamente consistente que ayuda mucho en crear esa
sensación de inmersión que ha sido indiscutiblemente aclamado por crítica y
jugadores.
XIII es un FPS desarrollado por
Ubisoft Paris en 2003 basado en un cómic belga del mismo nombre que trata sobre
un hombre amnésico que luego de ser atacado y aparentemente asesinado tiene el
deber de reconstruir su pasado mientras recuerda sus trabajos como soldado de
una unidad especial de espías y que ira revelando al avanzar el juego los
planes siniestros de bandas y sociedades secretas que quieren dominar al mundo.
Es una trama presentada con mucho tino y bien escrita, la historia aunque
cliché en ciertos momentos siempre mantiene el interés por la manera en como es
contada siguiendo la estructura de las novelas gráficas, con un buen ritmo y
con los suficientes giros argumentales para no perder la expectativa pero a la
vez no tener demasiados detalles y llegar a saturar.
Creo que en el caso de XIII,
El estilo visual es lo primero que salta a la vista, uno bastante peculiar y que está basado en la técnica
del Cell-Shaded; el cual a grandes rasgos intenta recrear un estilo de dibujos animados
hechos a mano ya visto en juegos como Jet Set Radio, Okami o Zelda: Windwaker y que tiene la inmensa virtud
de ser una estética muy prolija y que el padre tiempo ha sido benevolente con los
mismos en comparación de aquellos a base de polígonos e iluminación fotorealista
de la misma época. La estética de XIII trata de recrear un cómic interactivo manejando
ciertas reglas intrínsecas del mismo
como presentar las cinemáticas en las típicas viñetas o reproducir visualmente
los famosos efectos de sonido como los BAM!!! o POW!!!, todo esto intentando de
amalgamarlo en las mecánicas interactivas del juego, un ejemplo de esto es el
uso de las viñetas como ventanas de lo que ocurre en tiempo real en el juego o para
remarcar pistas o ítems importantes en el transcurso del mismo. El juego cuenta con una banda sonora extraordinaria la cual sigue muy bien los momentos de tensión y calma con ritmos
de Jazz y Funk que se adaptan de forma dinámica a la acción y que recuerdan
a las famosas tonadas de las grandes películas de espías.
Una gran virtud de XIII es que
trata de ser un juego variado de misión a misión, como por ejemplo momentos en
los cuales hay que hacer uso de las mecánicas de sigilo para infiltrarse en una
base enemiga, escoltar a un PNJ importante u otros totalmente volcados a la
acción directa. Los niveles son lo suficientemente variados y estructurados en
los cuales podremos estar en un viñedo francés, en una prisión de máxima
seguridad o dentro de un submarino.
Los problemas con XIII, aunque
pocos, realmente afectan la impresión general del juego, como por ejemplo esa
sensación un poco ortopédica en los momentos de intercambio de disparos, las
armas no se sienten lo suficientemente contundentes y no tienen esa identidad
propia que se busca al usarlas. El abanico de armas es bastante conservadora en
relación a juegos de la misma estirpe, tendremos pues las comunes pistolas,
escopetas, rifles de francotirador, ballestas, etc. además de unos gadgets como
un gancho, las inevitables ganzúas o micrófonos que intentan variar el gameplay
pero que se notan desaprovechadas en la mayoría de los casos. Con las mecánica
de sigilo también revolotea ese feeling de quedarse a medias debido en gran
parte a situaciones súbitas y tediosas como cuando el personaje principal es
detectado por un soldado que no está en nuestro rango de visión y que se nota a
leguas como un recurso muy barato para aumentar la dificultad de manera injusta
y que nos dejan sin mucho margen de maniobra para revertir la situación.
El sistema de salvado es
insufrible, está basado en checkpoints que tienen la peculiaridad de ser
sumamente inconsistente al momento de presentársela al jugador, no está muy
claro en qué momento hay q salvar y a veces dichos saves no surten efecto retrocediéndose a etapas iniciales del nivel perdiendo todo el progreso que
hemos logrado. Es imperdonable que a esas alturas del juego no se haya avocado
por un sistema de salvar partida rápida y en cualquier situación del mismo.
A pesar de los problemas antes mencionados XIII es un
muy ameno videojuego de disparos en primera persona, algo infravalorado y olvidado, que muy en la línea de clásicos
como Goldeneye 64 o No One Lives Forever, cuenta con un núcleo en
su gameplay que es lo bastante sólido como para hacer de toda la experiencia de
jugarlo una muy satisfactoria. En algunos tramos puede llegar a mostrar
síntomas de tedio pero la historia, el apartado visual y sonoro hacen que se
mantenga el interés hasta el final y si nos ponemos quisquillosos diría que en
donde más brilla XIII es en su único y atractivo apartado visual, el cual ha
aguantado sumamente bien las inclemencias del tiempo y a estas alturas de la película
resulta aún un videojuego visualmente atractivo, y que en mi humilde opinión merece
la pena echarle un ojo. Un juego con estilo, sin duda.