7.11.16

RETROVISION: XIII (2003)

Hay juegos que sencillamente te llaman la atención, no necesariamente tiene que ser un AAA con grandes efectos gráficos de última generación (que también se dan los casos, ojo ahí) sino de aquellos que por equis razón te llenan el ojo y que hacen un uso verdaderamente atractivo de su dirección de arte para lograr atraernos de una forma que se podría decir que comulgan contigo en un sentido estético, y que en distintos grados pueden hacer querer probar algún juego que en el mejor de los casos te parecería curioso, único, o agradable a la vista. Ejemplos hay por montones: nadie cuestiona lo rematadamente acertado que es el imaginario visual de los Fallout con su socarronería post-apocalíptica de mediados de los 50, o como Bioshock con su Rapture imponente y decadente en esa suerte de estilo art-deco crea una atmósfera llamativa y estilísticamente consistente que ayuda mucho en crear esa sensación de inmersión que ha sido indiscutiblemente aclamado por crítica y jugadores.



XIII es un FPS desarrollado por Ubisoft Paris en 2003 basado en un cómic belga del mismo nombre que trata sobre un hombre amnésico que luego de ser atacado y aparentemente asesinado tiene el deber de reconstruir su pasado mientras recuerda sus trabajos como soldado de una unidad especial de espías y que ira revelando al avanzar el juego los planes siniestros de bandas y sociedades secretas que quieren dominar al mundo. Es una trama presentada con mucho tino y bien escrita, la historia aunque cliché en ciertos momentos siempre mantiene el interés por la manera en como es contada siguiendo la estructura de las novelas gráficas, con un buen ritmo y con los suficientes giros argumentales para no perder la expectativa pero a la vez no tener demasiados detalles y llegar a saturar.

Creo que en el caso de XIII, El estilo visual es lo primero que salta a la vista, uno bastante peculiar y que está basado en la técnica del Cell-Shaded; el cual a grandes rasgos intenta recrear un estilo de dibujos animados hechos a mano ya visto en juegos como Jet Set Radio, Okami o Zelda: Windwaker y que tiene la inmensa virtud de ser una estética muy prolija y que el padre tiempo ha sido benevolente con los mismos en comparación de aquellos a base de polígonos e iluminación fotorealista de la misma época. La estética de XIII trata de recrear un cómic interactivo manejando ciertas reglas intrínsecas del mismo como presentar las cinemáticas en las típicas viñetas o reproducir visualmente los famosos efectos de sonido como los BAM!!! o POW!!!, todo esto intentando de amalgamarlo en las mecánicas interactivas del juego, un ejemplo de esto es el uso de las viñetas como ventanas de lo que ocurre en tiempo real en el juego o para remarcar pistas o ítems importantes en el transcurso del mismo. El juego cuenta con una banda sonora extraordinaria la cual sigue muy bien los momentos de tensión y calma con ritmos de Jazz y Funk que se adaptan de forma dinámica a la acción y que recuerdan a las famosas tonadas de las grandes películas de espías.



Una gran virtud de XIII es que trata de ser un juego variado de misión a misión, como por ejemplo momentos en los cuales hay que hacer uso de las mecánicas de sigilo para infiltrarse en una base enemiga, escoltar a un PNJ importante u otros totalmente volcados a la acción directa. Los niveles son lo suficientemente variados y estructurados en los cuales podremos estar en un viñedo francés, en una prisión de máxima seguridad o dentro de un submarino.



Los problemas con XIII, aunque pocos, realmente afectan la impresión general del juego, como por ejemplo esa sensación un poco ortopédica en los momentos de intercambio de disparos, las armas no se sienten lo suficientemente contundentes y no tienen esa identidad propia que se busca al usarlas. El abanico de armas es bastante conservadora en relación a juegos de la misma estirpe, tendremos pues las comunes pistolas, escopetas, rifles de francotirador, ballestas, etc. además de unos gadgets como un gancho, las inevitables ganzúas o micrófonos que intentan variar el gameplay pero que se notan desaprovechadas en la mayoría de los casos. Con las mecánica de sigilo también revolotea ese feeling de quedarse a medias debido en gran parte a situaciones súbitas y tediosas como cuando el personaje principal es detectado por un soldado que no está en nuestro rango de visión y que se nota a leguas como un recurso muy barato para aumentar la dificultad de manera injusta y que nos dejan sin mucho margen de maniobra para revertir la situación.



El sistema de salvado es insufrible, está basado en checkpoints que tienen la peculiaridad de ser sumamente inconsistente al momento de presentársela al jugador, no está muy claro en qué momento hay q salvar y a veces dichos saves no surten efecto retrocediéndose a etapas iniciales del nivel perdiendo todo el progreso que hemos logrado. Es imperdonable que a esas alturas del juego no se haya avocado por un sistema de salvar partida rápida y en cualquier situación del mismo.



A pesar de los problemas antes mencionados XIII es un muy ameno videojuego de disparos en primera persona, algo infravalorado y olvidado, que muy en la línea de clásicos como Goldeneye 64 o No One Lives Forever, cuenta con un núcleo en su gameplay que es lo bastante sólido como para hacer de toda la experiencia de jugarlo una muy satisfactoria. En algunos tramos puede llegar a mostrar síntomas de tedio pero la historia, el apartado visual y sonoro hacen que se mantenga el interés hasta el final y si nos ponemos quisquillosos diría que en donde más brilla XIII es en su único y atractivo apartado visual, el cual ha aguantado sumamente bien las inclemencias del tiempo y a estas alturas de la película resulta aún un videojuego visualmente atractivo, y que en mi humilde opinión merece la pena echarle un ojo. Un juego con estilo, sin duda.