27.5.14

EL SISTEMA INTELIGENTE

Aun sigues ofuscado en dar ese golpe critico que te salvara de ser eliminado para siempre, ya no están aquellos que no te importaba si viven o mueren, como buen estratega has mandado carne de cañón a las líneas enemigas para crear una distracción estupenda mientras tu personaje predilecto se prepara para un ataque por el flanco débil del Lord Nemesis de turno, ahí está entonces sucediendo ese respiro de tiempo en la que un pequeño grupos de pixels desenvaina tu espada predilecta, desgastada pero con carácter, toda una instruida en ese arte milimétrico de condenar almas al Hades.




Tu cerebro esta en sincronía con la pantalla retro iluminada, cada fotograma es grabado a fuego por tu mente mientras comienza la danza milenaria al son de la marcha de la victoria, esgrimir esa arma espectral ha sido tu elección y de nadie más, acto que ha sido el último ladrillo de esa muralla china colosal en la que se ha vuelto tu confianza y tu actitud, nada puede salir mal piensas, decenas, quizás cientos de horas literales y sonrojadas dan fe de que estas en lo cierto.

Y la espada va decidida como jamás hacia adelante, pie derecho en movimiento firme contra el suelo, pierna izquierda marca el alcance espacial y lleva el momentum desde la madre tierra por las cuatro estaciones: torso, brazos, muñecas y manos, recorrido que finaliza en la punta de diamante refractada en arco iris justiciero, pura energía cinética se ha activado pero no, no atraviesa carne profana y maldita del enemigo, corta el aire si, maravillosa lo hace, cuchillo a mantequilla, los halos de las corrientes de viento son perceptibles a los ojos de quien quiera verlos, luego llega a su cita el zumbido seco y punzante que esperabas.

Corta también tu respiración,  comienzas a pensar en si tomaste una buena decisión, oh si, la duda, una consonante repetida y dos vocales nada más se colocan en su sitio en la pizarra y se marcan indelebles por  detrás de tu frente, la semilla se ha sembrado, de repente el universo se expande, estas flotando en las infinitas decisiones, ves la cara desfigurada a un horizonte de sucesos: pasado, presente y futuro pululan desvergonzadas, con sus virtudes y defectos en ese amasijo entrelazado en que se ha vuelto el acto de presionar el botón de acción, le has dado de comer al hoyo negro de los eventos, miles de líneas de códigos robustas como un roble comienzan su secuencia de lógica bendita, ese universo paralelo contenido y comprimido de años de prueba y error inicia su marcha irrevocable como una flecha disparada, los responsables del algoritmo duermen tranquilos su siesta del almuerzo al otro lado del mundo, soñando situaciones freudianas con esos parientes que tú te encargas de maldecir, para ellos sus madres son Geishas tiernas y complacientes, para ellas sus padres son Samurais honorables y protectores.





Un espasmo recorre tu nuca entumecida por la postura poco ortodoxa en la que te encuentras desde hace horas, das por hecho todo ese asunto de la relatividad cuando miras el reloj y te das cuenta que tu percepción del tiempo es tan malcriada e insondable, en tu ventana, Pollock ha vertido los azules, amarillos, naranjas y negros del exterior, ese exterior que nunca te perdonara el tiempo perdido, dolor, el mundo es cruel, tu personaje da su discurso de despedida y crees que te ha mirado a los ojos. Luego Desaparece…

Ira y blasfemia han salido de tu boca de ansiedad, tus manos arrebatadas y pegajosas golpean el On/ Off brusca pero comedidamente, la pantalla se apaga y aun puedes ver en imagen de negativo ese último frame, cierras los ojos como queriendo borrarla para siempre, los entreabres lentamente para que se adecuen a tus alrededores, el monitor de la Pc aún sigue encendida, las luces apagadas desde el día anterior, tus tripas se retuercen del hambre, repeles un intento de calambre en una pierna, bostezas… te hueles el aliento con una mano, haces una mueca de desagrado y caminas hacia la cocina rascándote el culo, llegas y te sirves un vaso de leche con una guarnición de retazos de muchas cenas anteriores, en ropa interior, devorando nutrientes sin paladar ni sabor, a grandes bocados, se cae un trozo, lo tomas del piso y te lo comes, solo, en la mesa, te sientes como un puto adicto a la heroína. El comentario irónico llega estelar como siempre… esta vez no quieres hablar mucho en voz alta contigo mismo… y dices “Eso sí que es un sistema inteligente”, sueltas una sola carcajada seca esperando las risas enlatadas que no llegan, de inmediato toma el control el adulto y dice: “son las 3 de la mañana… más tarde hay trabajo… a dormir”



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